Álvaro García evalúa la situación del sector pesquero de Motril tras el cierre de la hostelería en Granada

Álvaro García evalúa la situación del sector pesquero de Motril tras el cierre de la hostelería en Granada

Hay que consumir más productos frescos de la mar. Y hay que comprárselos al pescadero de confianza. Ahora, que hoteles y restaurantes se han visto obligados a cerrar sus puertas o reducir sus servicios a repartos a domicilio, la excesiva dependencia del sector pesquero al turismo y la hostelería se hace aún más evidente. Desde Chef de la Quisquilla, transmitimos nuestro apoyo a pescadores y pescaderos e insistimos en la importancia del respeto a una cadena que no debemos romper, porque cada eslabón es importante.

Son muchos los marineros que se juegan la vida y no llegan ni al Salario Mínimo. Su trabajo es siempre el mismo, aunque el sueldo depende del precio estipulado en el mercado (una vez llegado a puerto). Un modelo de venta que no cambia desde hace siglos: basado en la subasta en lonja. El problema es que los restaurantes [principales compradores de pescado] están fuera de combate. La consecuencia es un efecto dominó que afecta, sobre todo, a los mariscadores; cuya actividad es tan anexa al turismo que, cuando éste cae, lo hace también todo lo relacionado con él. ¿La solución? Comprar más pescado fresco de Motril y comerlo en casa.

Álvaro García se ha puesto en contacto con pescadores, pescaderos, restauradores y consumidores finales. El objetivo: conocer de cerca la situación de cada uno y saber si existe la fórmula perfecta para que todos convivan en armonía y ninguno se vea más perjudicado que el resto.

El paro biológico que impedía a los naseros salir a su habitual búsqueda de la mejor quisquilla, llegó a su fin hace muy poco, permitiendo a estos retomar su faena. Aunque algunos han decidido seguir esperando a que la demanda se estabilice porque, por mucho que pesquen, sus mejores compradores han tenido que paralizar sus proyectos y el consumo domiliciario no es suficiente ni para cubrir gastos. Si nadie acude a la lonja, las subastas no funcionan.

Es cierto que ahora, al haber menos demanda, hay más producto y esto hace que los precios caigan, pero el consumidor final no lo percibe ¿por qué?

Imagina un barco activo que consume gasóil (bastante más del que puedas pensar) y, para producir, necesita de la labor de – digamos – 11 marineros. Si antes de la crisis sanitaria, el kilo de quisquilla se vendía en lonja a 70 o 100 euros, en la situación actual estos precios se han reducido casi a la mitad. Pero el barco sigue consumiendo la misma cantidad de gasóil y los marineros continúan dependiendo de su salario para sacar adelante a sus familias. Como ya hemos comentado, hay muchos barcos parados, evitando hacer un gasto que no pueden asumir. Sin embargo, no todo son malas noticias. Todo lo capturado se vende y el gasóil ha bajado por lo que, de momento, el sector no está en pérdidas. Está asustado porque, en la primera semana de cierre de la hostelería en Granada, su facturación ha bajado un 25%. No son datos alentadores, pero si las restricciones de la Junta a causa del covid se alargan: adiós a la esperada campaña de navidad.

¿Y los pescaderos?

Un puesto en el mercado exige el pago de un alquiler, empleados, agua, luz, hielo, impuestos de todo tipo… Volvemos a lo mismo. Ahora, que los restaurantes no compran y los particulares se abrazan a las grandes cadenas de supermercados para hacerse, de una vez, con todos los productos incluidos en su lista de la compra, el pescadero tiembla al ver cómo sus ventas se desploman y sus gastos permanecen intactos. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de pescado en los domicilios españoles había bajado sobre un 20% desde el 2007. No obstante, en las últimas semanas del primer confinamiento, aumentó en un 33%  (y el congelado en un 40.9%). Una evolución insuficiente para que el consumo domiciliario pueda compensar las pérdidas del canal horeca [acrónimo de hoteles, restaurantes y cafeterías].

De esta forma, aunque los precios caigan en lonja [porque hay más oferta que demanda], el consumidor final no lo percibe porque el pescadero vende un tercio de lo que antes vendía y sigue enfrentándose a los mismos gastos. Una situación que obliga a mantener los precios habituales, con la esperanza de generar las ventas suficientes para poder seguir comprando pescado, pagando el alquiler, las facturas, los impuestos y los sueldos de los empleados.

Chef de la Quisquilla se posiciona en contra de las fórmulas «del barco a tu mesa» y denuncia la actitud de cualquiera que intente saltarse una sola pieza del engranaje.

Los pescadores se juegan la vida en el mar para llevar a la lonja el mejor producto fresco. En la lonja, se reacciona rápido y, en cuestión de minutos, se pesa el género y se prepara para que los pescaderos puedan hacerse con él en las mejores condiciones. Y aquí hacemos un inciso porque este punto del proceso afecta directamente a la calidad y reputación de los pescados y mariscos de Motril. La lonja les brinda un trato exquisito y exclusivo. Y lo de exclusivo es literal porque sus escrupulosos protocolos no se repiten en otras lonjas. Si a esto sumamos que nuestro puerto es el único que bebe de las dulces aguas de Sierra Nevada, es fácil entender que la Miss del Mar y sus compañeros de red son sinónimo de excelencia y únicos portadores dignos del apellido ‘De Motril’. No solo por sus exquisitos sabores y las texturas que hacen evidente su frescor. Los entendidos lo tienen claro: «si tú compras hoy un boquerón de Alicante, mañana lo tienes que tirar». Uno de Motril, se mantiene en perfecto estado durante varios días.

Por tanto, demos «vidilla» a los pescaderos de mercado, de barrio y de pueblo. Consumamos pescado y marisco de Motril. Hagamos una apuesta en positivo por la alimentación saludable y el consumo de productos locales. Pidamos a domicilio a los restaurantes de la zona que siguen ofreciendo este servicio. Hagamos un esfuerzo que es sustento para todos.

 

 

Nota: Para crear este contenido, hemos consultado nuestras propias fuentes y estas otras: europapress El Salto Diario.
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